CONEXIÓN INTESTINO-CEREBRO

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¿Sabías que la ansiedad o el bienestar pueden originarse en el aparato digestivo?
Se suele decir que el aparato digestivo es nuestro segundo cerebro ya que alberga una gran cantidad de neuronas.
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LO QUE SIENTES, PIENSAS Y PADECES AFECTA A TU BIENESTAR INTESTINAL. DEL MISMO MODO QUE LO QUE COMES AFECTA A TU BIENESTAR EMOCIONAL.
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Antes de darte cualquier tipo de explicación científica te planteo algo: ¿Cuántas veces tras una discusión, una situación tensa, ante un examen importante o incluso cuando vas a encontrarte con la persona que te gusta, tu tracto gastrointestinal ha cambiado radicalmente?
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Pues así es. La conexión intestino-cerebro, mente-cuerpo, es poderosa. Relaciona nuestro organismo con el entorno, con el medio en que vivimos. Nos conecta. Incluso se ha visto que la ansiedad o el bienestar que sentimos pueden tener su origen en el aparato digestivo.
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Nuestro sistema inmunitario está presente en nuestro tracto digestivo en un 80%, por tanto podemos decir que inflamación en nuestro aparato digestivo es inflamación en nuestro sistema inmune y para que haya inflamación se producen unas substancias llamadas citoquinas inflamatorias que pueden afectar a los neurotransmisores de nuestro cerebro como la serotonina o la dopamina, conocidas también como hormonas de la felicidad y el bienestar, dando a entender que nuestro equilibrio en nuestro tracto digestivo marcará incluso la conductas que tengamos en nuestra vida.
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El 95% de la serotonina de nuestro cuerpo se produce en el intestino y entre otras muchas funciones, influye en la regulación de nuestro tracto gastrointestinal. Se ha visto que niveles demasiado altos de serotonina están ligados a la aparición de diarreas, mientras que un déficit excesivo puede dar lugar a estreñimiento.Nuestro cerebro también se encarga de producir serotonina  y se ha visto que niveles bajos de esta hormona pueden estar relacionados con los síntomas de la depresión.
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¿Pero donde empieza todo, en el cerebro o en el intestino?
.Sabemos que la serotonina que produce nuestro intestino no puede atravesar la barrera hematoencefálica del cerebro, la cual cosa no quiere decir que no tenga efecto sobre él, ya que se ha visto que lleva a cabo una acción indirecta de manera que las citoquinas inflamatorias intestinales de las que hablábamos, son capaces de atravesar esta barrera cerebral y modular así la producción de serotonina en el cerebro.Con lo cual, podemos decir que el intestino y el cerebro se envían señales directas e indirectas mediante los sistemas inmunitario, endocrino, neural y metabólico para influir en la función de otros tejidos. Sería una de las explicaciones a que niveles bajos de serotonina influyan en los síntomas de la depresión o por el contrario niveles altos ante situaciones en las que sentimos nervios o estrés inmediato, nuestro tracto gastrointestinal se altere provocando que tengamos que ir corriendo en busca de un lavabo.

También se ha visto que ciertas de nuestras bacterias intestinales son productoras de GABA, un neurotransmisor que se encarga de frenar la situación de alarma de nuestro cerebro. ¿Te suenan el Alprazolam, el Trankimazin o el Diacepam? Son algunos de los medicamentos que se encargan de potenciar este neurotransmisor. Con lo cual podríamos decir que ciertas bacterias intestinales productoras de GABA pueden influir en la actividad neurológica. En resumen, significa que podríamos tener ansiedad por un desequilibrio de la microbiota intestinal.

¿Qué importante es entonces cuidar nuestra microbiota no? Probióticos, prebióticos, una alimentación sana rica en fibras fermentables, junto con una buena gestión del estrés y desarrollo de la inteligencia emocional serán nuestras herramientas clave para tener nuestro intestino en paz aportándonos salud y bienestar.


Mireia Checa Díaz Fisiorerapeuta y PNI Clínica